La escritora y autora de American Thinker Laura J. Wellington es una de esas mujeres solteras que dice que "se ha convertido en su nueva norma", refiriéndose a ella misma y a otras mujeres solteras no vacunadas que evitan a los hombres que se han sometido a la terapia genética experimental.

"Calificar a los hombres solteros con ese criterio reduce la muestra entre la que se puede elegir. Esto es aún más cierto si se vive en un estado azul (donde hay una preponderancia de la población que vota al Partido Demócrata, que se caracteriza por sus altas tasas de vacunación)", escribe Wellington.

"Además, muchos hombres solteros no tienen ni idea de que no se les cuenta sólo porque han decidido vacunarse".

Incluso los "hombres más descontentos y hostiles", al parecer, son precisamente los que han "sucumbido a la fuerza a la vacuna", es decir, hombres que no querían vacunarse pero que se vieron obligados a hacerlo para conservar su trabajo, por ejemplo.

No vale la pena el riesgo de "contagiarse" de las proteínas de la espiga de una pareja "totalmente vacunada"

Para ser justos, los hombres no vacunados se enfrentan exactamente a la misma situación con las mujeres "totalmente vacunadas", muchas de las cuales apoyan militantemente la vacunación y desprecian a los hombres que han rechazado los cócteles experimentales del gobierno y las empresas farmacéuticas.

De hecho, es el instinto de conservación de los hombres y mujeres que no se sometieron a las vacunas y que ahora rehúyen de otros hombres y mujeres que optaron por vacunarse y que ahora están sembrando de proteínas de espiga y quién sabe qué más a los demás.

En muchos sentidos, es mejor permanecer soltero que asociarse con alguien que ha permitido que su sistema inmunológico sea destruido por un misterioso fármaco-smackadoodle (también conocido como brujería farmacéutica), especialmente cuando ese misterioso fármaco-smackadoodle puede ser potencialmente transmitido a otras personas a través de la actividad sexual.

Los padres no vacunados también están advirtiendo actualmente a sus hijos, especialmente a los adolescentes, que tengan cuidado con posibles novios o novias que se hayan inyectado la vacuna y sean ahora "muertos vivientes."

Lecciones aprendidas

Mantener la sangre pura hoy en día significa evitar a otros que ya no tienen sangre pura sino contaminada, ADN reprogramado, y que potencialmente ya son una "imagen" completamente diferente a la imagen de Dios para la que fueron creados en el vientre materno.

Hay que tener en cuenta que el suministro de sangre también está contaminado, lo que significa que ya no son seguras las transfusiones de sangre, al menos las de donantes aleatorios. Para que los purasangres sigan siendo purasangres, tendrán que protegerse de todas las posibilidades de contaminación de los totalmente vacunados.

"¿Quién iba a pensar que el "estado de vacunación" se convertiría un día en algo tan central para cultivar nuevas amistades y relaciones amorosas para una gran parte de nuestra nación?" Wellington afirma además.

"La división de la sociedad está aquí para quedarse durante mucho tiempo porque el daño ya está hecho. Nada puede devolver al genio a su botella".

Para conocer las últimas noticias sobre la vacuna contra el covirus y lo que está haciendo en los cuerpos humanos, visite Genocide.news. 

"Muchos de estos hombres, que se sienten doblemente penalizados por una vacuna que, para empezar, nunca quisieron, no se toman demasiado bien el rechazo de estas mujeres", escribe además Wellington.

"Se sabe que la culpa, la hosquedad, la humillación y la simple grosería se dan en el contexto de la decisión de estas mujeres de mantenerse fieles a su postura de principios".

Fuente: Ethan Huff, naturalnews.com,