Hoy en día, en Canadá también se puede practicar la eutanasia en casos de discapacidad, problemas de salud mental o pobreza. Poco a poco se van añadiendo otros motivos, y también se rebaja la edad a la que se puede practicar la eutanasia.

En un momento en que aumenta el apoyo al suicidio por casi todas las razones imaginables, también se promueven cada vez más los llamados "estimulantes". Aunque se ha demostrado que son perjudiciales, sigue habiendo mucha gente que se somete a su aplicación. 

Las inyecciones genéticas son como la ruleta rusa. Alguien puede colapsar tras la primera dosis, para otro la tercera es mortal. Como le ocurrió a Katarina Pavelek, actriz de Hollywood de 41 años y origen eslovaco.

Katarina Paveleková nació el 17 de noviembre de 1981 en Poprad. Como actriz, todavía estaba básicamente al principio de su carrera, apareciendo en Fox Sports Live y otros formatos televisivos. La atractiva actriz también ha ejercido de modelo durante muchos años.

Paveleková también trabajó y vivió en Hollywood como Katy Pavelek. Por ejemplo, apareció en la famosa película sangrienta de Tarantino Once Upon a Time in Hollywood (2019) o en Babylon (2022), aunque sus papeles eran más bien secundarios.

Pavelekova sufrió graves efectos secundarios por una supuesta inyección de refuerzo. Según fuentes cercanas a la familia, le pusieron una inyección de Johnson & Johnson.

Como consecuencia, empezó a padecer dolores insoportables, la enfermedad nerviosa degenerativa ELA (esclerosis lateral amiotrófica) y el síndrome de fatiga crónica (SFC).

Ambas enfermedades se han descrito varias veces como efectos secundarios de las vacunas Covid-19, siendo más frecuente el síndrome de fatiga. Como ya no podía vivir con el dolor y, probablemente debido a su debilidad crónica, ya no podía convocar las ganas de vivir, optó por morir a la edad relativamente joven de 41 años, habiéndosele practicado la eutanasia en Suiza.

Ella misma comentó su decisión en Instagram, explicando que incluso respirar le estaba dando dificultades. Ya no tiene la oportunidad de disfrutar de la vida. La razón de su estado se encuentra claramente en la vacuna de refuerzo que recibió hace un año.

"En los últimos 10 días he estado gravemente enferma, de nuevo en casa e incapaz de funcionar plenamente. Mi cuerpo está demasiado débil para luchar contra la enfermedad, ya no tengo fuerzas. Así que decidí poner fin a mi vida en la Asociación Pegasos de Suiza. Me diagnosticaron la enfermedad neurológica crónica incurable ME/CFS causada por inyecciones de refuerzo.

Esta enfermedad me ha causado discapacidad, incapacidad para trabajar o llevar una vida social. Respirar me resulta cada vez más difícil y doloroso y la función pulmonar disminuye. Gracias por vuestra amistad y apoyo este último año. La dosis de refuerzo que recibí hace más de un año ha destruido por completo mi salud, mi cuerpo y mi vida. No hay otra forma de acabar con mi sufrimiento que la decisión que tomé".